El origen de nuestros ancestros
Escuchando un halo musical
que a mí personalmente me transporta al antiguo y oscuro mundo de las
civilizaciones perdidas, tan perdidas que, desde mí sillón y con libro en mano,
intento no sólo entender, si no también imaginar como era su día a día y sobre
todo entender su holocausto.
Por ello, me gustará
compartir con vosotros, el origen de una de las civilizaciones que para mí, era
una de las más oscuras así como la posible primera gran civilización que la
humanidad ha podido conocer, Tartessos. No sólo ha estado vinculada a la leyenda
de Platón sobre la Atlántida, si no que desde la época más antigua, grandes
eruditos y posteriormente grandes arqueólogos han ubicado plenamente “más allá
de las columnas de Hércules”, o sea, en el pueblo de nuestra Asta regia.
Por ello, espero que disfrutéis
como yo, con las palabras de un gran erudito como es Julio Caro Baroja, uno de los estudiosos
sobre el origen de una civilización que, igual que apareció repentinamente,
desapareció como la noche atrapa al día.
Otras tradiciones y
leyendas nos hablan de una segunda dinastía de reyes tartésicos de la que únicamente conocemos dos nombres de reyes, Gargoris y su hijo Habis, Julio Caro Baroja ha
estudiado con gran agudeza el contenido del mito de Gargoris que responde a un
complejo típicamente mediterráneo oriental. Gargoris había descubierto el valor
de la miel y habría enseñado a su pueblo el modo de utilizarla. Habis es aún
más interesante, puesto que su mito reproduce el del niño abandonado reconocido
luego por su padre.
"Habis fue fruto de
amores incestuosos de una hija de Gargoris, y al nacer se decretó su muerte. El
niño fue abandonado en el monte para que lo devoraran las fieras, pero estas lo
amamantaron. En vista de ello se le echó a las perras y cerdas hambrientas para
que los desperezaran e igualmente lo respetaron, y al fin fue arrojado al mar.
El niño flotó como una barquilla y el oleaje lo llevó a la playa, donde fue
amamantado por una cierva y creció junto a ella, desarrollando gran agilidad y
ligereza. Años después, en el transcurso de una cacería con redes, fue apresado
y conducido al rey, quién reconoció en él al niño abandonado y admirándose de
tal maravilla, que sólo se podía explicar cómo voluntad divina, lo reconoció
por sucesor y le dio el nombre de Habis.
Habis fue el gran Rey
civilizador. Enseño a sus súbditos a arar con bueyes, y ordenó el trabajo destruyéndolo entre las diversas clases sociales. Repartió la población en
siete clases y a las clases de los nobles les prohibió trabajar. Sus sucesores
y herederos, cuyos nombres no se han conservado, rigieron los destinos de
Tartessos durante varios siglos. La verdadera dinastía histórica de Argontonio
se hallaba vinculada legítimamente sin duda a la descendencia de Habis.
Según Estrabón , los
Turdetanos eran descendientes de los Tartessos, civilización más culta de la
cultura íbera, que mantienen en su cultura poemas y leyes en verso que datan de
unos 6.000 años.
Tartessios es heredera
de la escritura en vaso campaniforme, escritura de época megalítica, 2.000 años
a.C."
Espero que las palabras, del estudioso Baroja, hayan calado en lo más hondo del lector, y halla enriquecido aún más lo que el propio lector ya sabia sobre el esplendor de una civilización, que aún se niega a ser descubierta totalmente.
Como reflexión propia, me gustaría decir que, dentro del complejo de Asta Regia, incluso debido a la poca excavación que en dicho complejo se han llevado a cabo, la evidencia de que en Asta pudo tener origen la civilización Tartessia, es, en vista de Adolf Schulten inevitable a la vez que defiende que desde allí, fue extendiéndose hacia el interior de la península, dando lugar a la antigua Turdetania, civilización que sí ha sido ubicada dentro de nuestros entornos Jerezanos y que según Baroja, eran los descendientes de Tartessos.
Yo lo dejo ahí, y que cada lector saque sus propias conclusiones
Antonio Hedrera Lara